Juan Carlos Ferrigno

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Los llamo “tipos locos” cariñosamente. No llegué a conocerlos pero siempre he fantaseado mucho con sus azañas, y viendo el GP de Canadá de 2011 tuve  tiempo y razones para acordarme de ellos mas de una vez.


Me refiero a los pilotos que corrieron desde que se creó la F1, allá por 1950, y le llamo “tipos locos” porque realmente en esos duros años de los comienzos había que estar loco, o ser desmesuradamente apasionado por las carreras.

Siempre esquivé comparar épocas por considerar que hacerlo es imposible, y la típica discusión sobre quien fue el mejor de  la historia me hace escapar del tema por aburrimiento, sabiendo que nunca se llegará a una conclusión válida. Por éso en la larga espera del GP de Canadá, cuando me arté de escuchar a los locutores tratando de llenar con palabras las dos horas de pausa por la lluvia, se me ocurrió  pensar en porqué me estaba molestando desde el punto de vista del espectador aquella situación de pausa. Y llegué a una conclusión :  Estaba molesto porque era la evidencia que algo en la F1 había cambiado para siempre, y no me gustaba lo que estaba viendo.

Las razones son varias y se podría hablar de la prevalencia absoluta de lo técnológico sobre el puro pilotaje, lo complicadas de entender que se han vuelto las carreras, la poca lucha en la pista, el exceso de lo estratégico, etc, y por éso me acordé de aquellos “tipos locos”.

Siempre me pareceió una pequeña estafa al espectador el hecho de dar la salida con el Safety Car delante, y mucho mas cuando lo mantienen allí varias vueltas, nos quita la posibilidad  que los mejores pilotos saquen ventaja de una situación adversa, y las excusas de la seguridad no me sirven. Toda la vida se corrió y se dieron salidas en esas condiciones o peores, y los pilotos buenos destacaban justamente en estas situaciones. 

¿O acaso las Alfetas, los Lotus de Clark, o el Ferrari de Niki Lauda no levantaban mucho spray en la salida? Siempre pasó lo de levantar agua con las ruedas en una salida, y cuanto mas atrás estaba un piloto, menos veía, pero siendo la F1 el pináculo del automovilismo se supone que esos pilotos son los mejores del mundo, y justamente por éso es lógico esperar de ellos que se manejen como nadie en situaciones que harían escapar a otros.

Si bien hubo un momento en Canadá donde los coches casi hubieran flotado, tampoco se justifica tanta espera, y mas de media hora desde que dejara totalmente de llover. Los neumáticos Full Wet se supone que están para casos como ése, y si aún así no sirven que le pongan ruedas de tractor, y a la salida!! Por cierto, ¿Alguien recuerda como estaba la pista en Estoril ‘85, primera victoria de Senna en F1? Inundada!! y en ese mismo circuito de Montreal en el ‘81 Gilles Villeneuve corrió en pista inundada, y además con el alerón delatero y el morro del coche delante de sus narices, sin dejarle ver por donde iba durante muchas vueltas. Sólo decir que se aguantó, y terminó tercero. Hoy el circuito de Canadá lleva su nombre en homenaje a un piloto que nunca se daba por vencido.

No digo ésto frotándome las manos esperando grandes piños y accidentes, si dependiera de mí me encantarían las carreras sin accidentes y donde todo el mundo vuelve a casa sano y salvo, éso es lo primero. Ocurre que lo mejor de estos tiempos es que la seguridad de hoy en día es tan alta, que esto está casi garantizado, si bien como reza en los carteles de los circuitos ingleses: MOTOR RACING IS DANGEROUS.

Siepre lo será por pura lógica y porque no se pueden prever todas las situaciones, pero hemos alcanzado unos extremos que no me parecen respetuosos con el público que esperó estoicamente bajo la lluvia, mientras los mejores pilotos del mundo se tomaban un té bajo techo.

Volviendo a los tipos locos, se me dió por buscar algún dato que es significativo, y descubrí que en 1954 el gran Fangio tuvo que conducir en el temible Nurburgring , 3 horas y 45 minutos para llevarse ese GP de Alemania. “El Chueco” conducía esos pesadísimos Mercedes con motor delantero, de enorme volante, con un polo de manga corta, con un casco mínimo, sin cinturón de seguridad y dándole doble embrague para pasar cada marcha. O para ganar en Mónaco ‘57 aguantar otras 3 horas y 10 minutos, en un trazado de Mónaco casi como el de hoy en día. Agotador...

Mas de una una vez esos mismos ídolos de la F1 de entonces eran capaces, si hacía falta, de engrasarse hasta los codos para reparar su propio coche ayudándo a los mecánicos.

Por éso mi admiración a esos “gorditos” que no eran atletas ni tenían una dieta muy estricta, pero era tal su pasíón por las carreras que aceptaban el enorme riesgo de esos años, y si llovía en el peligroso Nurburgring o Spa ni chistaban y simplemente se dedicaban a hacerlo lo mejor posible, corriendo menos y siendo muy suaves en la conducción en circuitos en los que un error era casi fatal, con árboles, muros y postes a pocos metros del asfalto.

Comparar épocas es inútil e imposible, pero todo esto me viene a la cabeza viendo como ahora en F1 cualquier mínimo toque entre coches es inmediatamente investigado con lupa y se busca un responsable donde simplemente hubo un lance de carrera, donde a veces cuenta mas el estratega de boxes que el proipio piloto y sus dotes en la pista, y donde cosas que siempre pasaron en las carreras se ven como cosas raras o cosas a evitar.

Desde que empecé a ver F1 mi piloto fue Ronnie Peterson, luego lo fue Gilles Villeneuve, pero desde entonces ando un poco huérfano de aquel piloto que sale a ganar siempre, que a veces hace locuras o pierde carreras por un exceso de fogosidad, pero que en la lucha en la pista siempre da espectáculo. Y por suerte cuando la actual F1 finalmente corre y existe la posibilidad de lucha real, los pilotos sacan éso que tuvieron los mejores de la historia, esa misma pasión los lleva a regalarnos vueltas  y luchas como las que finalmente vimos en Canadá, con pasada en la última vuelta incluída, que son esos momentos que te hacen estar pendiente delante de la tele en cada carrera.

Ya me gustaría que aplicaran otros criterios en muchos temas en la actual F1, pero como no hay posibilidad de retroceso no tengo ninguna esperanza, me quedo con lo que ya ví hasta ahora y espero que sigan las buenas y duras peleas en la pista. Y ahora que pienso, aún con todos los errores que pueda cometer, me lo voy a mirar mejor a Hamilton porque empieza a tener los atributos de mis antiguos favoritos. Mas peleador que conservador, agresivo, allí donde hay un hueco para ganar una posición, siempre lo intenta.

Me gustaría pensar que los pilotos como él estarían dispuestos a una salida en medio del spray, sin ver nada pero apretando el acelerador asumiendo que así es su oficio, como lo aceptaron tan dignamente los Nuvolari, Fangio, Clark, Stewart, y tantos otros.

Aún así disfruto viendo la F1, no puedo evitar estar pendiente cuando veo un coche en movimiento, con todos sus defectos actuales, aún amo las carreras.

Por Juan Carlos Ferrigno
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